La semana pasada dos personas
diferentes, que me siguen en el blog, me preguntaron cómo hacía para guardar
los ajos. Vieron que en algunas recetas en lugar de picar los ajos en el
momento y ponerlos en la preparación agrego una cucharada de ajo picado en aceite
previamente preparado. A esto llamo una “conserva” de ajos. Si vamos a ser
estrictos esto no es una conserva, como las tradicionales, por eso las
comillas. Esta preparación la guardo en la heladera y dura mucho tiempo.
Esta es una forma de aprovechar
el resto de la cabeza de ajo cuando notamos que a un diente le está saliendo un
brote verde. Si no hacemos nada, a los pocos días todos los dientes se van a
brotar arruinando el ajo. Desde ya les
digo que conservado de esta manera el ajo pierde algo de su picante… el aroma y
el gusto se conservan, pero esa fuerza que tiene cuando está recién picado
disminuye sensiblemente, así que si buscan esto para un plato, no usen este
ajo.
Vamos
a necesitar:
Varias cabezas de ajo.
Aceite de oliva unos 300 mililitros.
Minipimer, procesadora, o ganas
de picar.
Frasco estéril.
Procedimiento:
Antes que nada, yo preparo de a 3
o 4 cabezas de ajo. Menos cantidad no tiene mucho sentido. Como primer paso
desarmo las cabezas y pelo todos los dientes cortándoles los cabos (donde se
unen a la cabeza). (Acá alguna herramientas para trabajar con Ajo). Luego corto cada diente a la mitad a lo largo. Si el “tallo”
central está verde, aunque sea poco, lo retiro y descarto. Si está blanco no se
toca.
Voy agregando todos estos dientes
a la procesadora o al accesorio de la minipimer (mixer) que trae cuchillas (ver
Foto). Cuando ya agregué todos los dientes limpios agrego aceite hasta un poco
más de la mitad de la altura de los ajos.
ATENTOS en este PASO. La idea es
lograr pedacitos chicos y homogéneos. Si se nos va la mano con la procesadora
queda un puré que pierde todas las propiedades del ajo a los pocos días.
La otra cosa a la que tenemos que
estar atentos es a los pedazos de ajo más grandes que se peguen a los costados
de la procesadora, ya que estos no se van a picar de igual tamaño que el resto.
La única estrategia que me funcionó para lograr este picado fino fue, apretar
la procesadora de a pulsos cortos. Primero de unos 3 a 5 segundos, luego con
una espátula bajamos los “cachitos” que estén pegados a las paredes de la
procesadora y después pulsamos una o dos veces más por 1 o 2 segundos, hasta
lograr el picado ideal.
Si no tienen procesadora o mixer,
este paso se puede hacer a cuchillo con paciencia o con un prensa ajos. De las
dos maneras queda bien.
En este punto pasamos el
procesado a un frasco estéril y le agregamos aceite hasta que toda la
superficie superior este bien cubierta. Conservamos en la heladera para cuando
lo necesitamos.
NOTA: Cuando guardamos el aceite
de oliva en la heladera es normal que se endurezca. Queda como un betún. Esto
no altera de ninguna manera el sabor y si lo dejamos llegar a temperatura
ambiente vuelve a su estado natural. En lo personal, no dejo que se “derrita”.
Cuando lo necesito para una preparación, tomo una cuchara limpia y saco la
parte del betún que requiere la receta. Hay que asegurarse que los ajos siempre
queden cubiertos por aceite de oliva, de hacer falta, agregamos más antes de
devolverlo a la heladera.
Que lo disfruten!!!
Si tenemos unas cabezas de ajo de sobra, o a punto de pasarse... |
Las pelamos, cortamos los cabos y sacamos el centro si está verde. |
Las juntamos en el bowl de una procesadora o mixer. |
Cuando ya estan todas preparadas, agregamos aceite de oliva. |
Unas trs cuartas partes de la altura que ocupan los dientes de ajo. |
Damos una "procesada" de 3 a 5 segundos y queda así. |
Con la espátula empujamos los ajos aun no picados al fondo y despegamos todos los ajos adheridos a las paredes del recipiente. |
Hacemos un pulso corto o dos hasta que nos quede así. |
Lo pasamos a un frasco estéril. |
Cubrimos con una capa generosa de aceite de oliva. |
Y listo para usar!!! |
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